
“LUZZU”: ODISEA DE UN PESCADOR
Un ‘luzzu’ es una embarcación tradicional maltesa. El de Jesmark (Jesmark Scicluna) tiene una pequeña fuga, lo que le impide salir a faenar cuando más lo necesita. A su hijo recién nacido le han detectado problemas de crecimiento y el tratamiento que han de administrarle cuesta un dinero que ni él ni su mujer, que trabaja de camarera, pueden permitirse. Además, corren malos tiempos para la pesca, las restricciones impuestas por la Unión Europea y el dominio draconiano ejercido por las grandes empresas la convierten en un oficio tan hermoso como ingrato, con el que llegar a final de mes es una quimera.
Con la cámara muy pendiente de captar cada gesto de sus personajes, de conservar casi cada detalle, Alex Camilleri describe con precisión las dinámicas que articulan el funcionamiento de una comunidad partiendo de una odisea individual, de una lucha por la vida en una época asaeteada por la precariedad y la desesperanza. La imperiosa necesidad de dinero que hostiga a Jesmark irá transformando un film que arranca como un drama familiar en un thriller de baja intensidad para, desde ahí, elevarse como una dolorosa radiografía de una realidad herida de muerte, carcomida por un capitalismo atroz e impío.
Para capturar ese mundo en extinción -ese ‘luzzu’ que, poco a poco, va hundiéndose por culpa de una pequeña vía de agua y cuyo futuro no está garantizado por un pequeña reparación- el objetivo de Camilleri era que “Malta se interpretara a sí misma. Malta se disfraza constantemente al antojo de las producciones extranjeras, representando a cualquier lugar menos a sí misma. En cierta forma, nos hemos acostumbrado a ver a nuestro país a través de los ojos de otros, y esa mentalidad es limitante, por decir algo. ¿Qué pasa con la belleza de nuestra historia, lengua y cultura?” Para indagar en esa realidad constantemente silenciada, el realizador maltés se ha valido de actores no profesionales (la interpretación de Jesmark Scicluna le valió el Premio Especial del Jurado en Sundance) y de una mirada documental que refleja sus usos y costumbres sin caer en el dogmatismo o la condescendencia.
En palabras de Fabien Lemercier, crítico de Cineuropa, el debut de Alex Camilleri es “una película creíble que reconstruye a la perfección la dimensión física del universo del pescador (desde poner anzuelos hasta los cortes, pasando por los trabajos manuales de reparación), hace un retrato interesante de un individuo obstinado que busca una salida, pero también muestra el engranaje de un ecosistema y de una cultura en plena mutación”. Estamos, pues, ante “una ópera prima prometedora que no cede a las tentaciones maniqueas y sabe reservarse varias sorpresas”. No es casual, pues, que Jordan Mintzer, el crítico de The Hollywood Reporter, la haya definido como “una especie de versión contemporánea y discreta del clásico neorrealista de Visconti “La Terra Trema”, ni que Guy Lodge, de Variety, remarque que estamos ante “un logrado debut que retrata con inteligencia e integridad vidas poco representadas” por el cine contemporáneo.
“Luzzu” será la primera película maltesa que participe en la Sección Oficial de la renovada Mostra de València-Cinema del Mediterrani, y lo hará tras tener su estreno mundial en el festival de Sundance y ganar premios en los certámenes de Kiev o Sofía.