La cineasta y activista Nadia El Fani protagonizará la sección Focus de Mostra de València

El festival programa la primera retrospectiva en España de la combativa realizadora franco-tunecina

Mostra de València, que se celebra del 24 de octubre al 3 de noviembre, dedica la sección Focus de este año a la cineasta franco-tunecina Nadia El Fani, cuya trayectoria se caracteriza desde sus comienzos por su voluntad de cuestionar los dogmas y dar testimonio de la realidad en primera persona.

Meses antes de que floreciera la Primavera Árabe en su país, Nadia El Fani levantó la ira de los extremistas con el documental ‘Laïcité Inch’allah!’ (2011), donde denunciaba la hipocresía religiosa y la necesidad de una Constitución laica para impulsar el progreso de Túnez. Desde entonces aprendió a convivir con las amenazas de muerte y el destierro. Pero no lograron su objetivo: en ‘Même pas mal’ (‘No me duele’, 2013) llevó a la pantalla la brutal persecución a la que fue sometida por atreverse a cuestionar ciertos aspectos del Islam, que también coincidió con el periodo en que le fue diagnosticado un cáncer. “No hago películas autobiográficas, pero en mi cine hay mucho de autoficción. Por eso, quizá, que una película sea un documental o una ficción me da un poco igual, para mí es lo mismo”, asegura la creadora en una entrevista realizada por la periodista Mariana Freijomil que formará parte de un nuevo número de la serie ‘Quaderns de la Mostra’.

Nacida en 1960, de madre francesa y padre tunecino, creció en el país africano, en un piso encima una sala de cine, donde logró colarse muchas veces con su hermana. Posteriormente se trasladó a Francia junto a su madre divorciada, y allí empezó a trabajar como ayudante de dirección en 1982 con cineastas como Roman Polanski, Nouri Bouzid, Herbert Ross o Franco Zeffirelli. En 1990 dirigió su primer cortometraje, ‘Pour le Plaisir’, que remite al mito de la creación, pero al mismo tiempo expone la diversidad del deseo femenino. Poco después creó su propia productora, Z’Yeux Noirs Movies, en Túnez, tras el éxito internacional del mediometraje ‘Fifty-fifty, mon amour’ (1992), en el que abordaba la relación que mantiene con sus dos países.

Muy cercana a los grupos activistas de mujeres, en 1993 rodó ‘Femmes Leader du Maghreb’, su primera incursión en el documental, género en el que se inscribe gran parte de su producción. Ese mismo año, ‘Tanitez-moi’ marcó, según ella misma reconoce, el origen de sus problemas con las autoridades tunecinas, “que rechazaban las reivindicaciones de la película: en primer lugar, porque las hacían mujeres, y, en segundo lugar, porque tenían como referencia un pasado de la antigüedad cartaginesa, desvinculado del Islam”.

En 2002 se mudó a París, donde todavía reside, para la postproducción de su primer largometraje de ficción, ‘Bedwin Hacker’, protagonizado por una mujer que interfiere las ondas de radio en el norte de África y Francia para transmitir mensajes políticos desde un remoto pueblo de montaña en Túnez. “Para mí, el cine es un arma. No quiero compararme con Pasolini ni nada por el estilo. Soy profundamente política, pero lo que me interesa de verdad es el cine. Así que he tenido que encontrar la manera de conciliar ambas cosas”.

En 2008 filma ‘Ouled Lénine’, donde, partiendo de la figura de su padre, miembro fundador del Partido Comunista de Túnez, Nadia El Fani traza un retrato de los militantes progresistas en el país inmediatamente después de la Independencia y plantea la cuestión de la herencia que han dejado. ‘Nos Seins, Nos Armes!’ (2013) también aborda la lucha política, en este caso de las mujeres. El documental, codirigido con la periodista Caroline Fourest, relata, por un lado, el origen y motivaciones del grupo Femen en Ucrania y su posterior internacionalización; por otro, propone una reflexión sobre el cuerpo de la mujer musulmana. “Me interesaba mucho la lucha que Femen mostraba en torno al cuerpo de la mujer, porque el cuerpo de la mujer musulmana es agredido, pero también lo es el de las occidentales”, explica la realizadora.

No es de extrañar que, con este historial, El Fani resulte una figura incómoda para la industria: “En Francia, estoy totalmente condenada al ostracismo, y en los países árabes, debido a los temas de los que hablo —homosexualidad, religión, política, mujeres, etc.— mis proyectos no son aceptados. Es muy difícil, me han rechazado tres guiones en los últimos ocho años”, asegura.

El público valenciano tendrá la posibilidad de conocer el relevante trabajo de Nadia El Fani gracias al ciclo más completo sobre su obra realizado en España, que incluye la digitalización de sus primeros trabajos. Además, la directora franco-tunecina visitará el festival y protagonizará un coloquio con las personas asistentes a la proyección de ‘Capital Parenthèse’ (2022), su largometraje más reciente, donde propone una reflexión sobre el confinamiento a que fue sometida la población mundial a causa de la epidemia del covid.

La sección Focus nació producto de la intención de Mostra de València de dar visibilidad a cineastas del ámbito mediterráneo que realizan su trabajo desde posiciones periféricas y al margen de la corriente general. Desde su puesta en marcha, el festival ha apostado por figuras como las de Edgar Pêra, Marc Hurtado, Lucile Hadzihalilovic o Marina Abramovic, con el objetivo de hacer más accesible al público su obra cinematográfica.

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